¡Tírese al suelo!, viene
una motocicleta con su estridente sonido y dos individuos de perfil sospechoso
a bordo. Le sacarán una pistola, le pedirán el celular, los aretes y la
cartera, no se los quiere dar, un disparo al corazón, ¿eran dos sicarios que lo
confundieron con el rival de algún capo o magnate despechado por una infiel
esposa?, otro disparo al corazón. Resulta que no era ninguna de las anteriores,
pero el sonido de la moto le asustó y aunque fuese un simple mensajero o padre
de familia buscándose el moro, no moriría de un disparo pero si por poco le da
un ataque al corazón.