A
pesar de ser la contraparte del discurso del haitianosofismo y siendo un
acérrimo defensor de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que con
su nacionalismo efervescente pretende enfermar de la presión a los “defensores”
del liberalismo prohaitiano, me tomaré la extroversión de ilustrar todo lo que
sería capaz de hacer por Sarodj Bertin, una de las mujeres más hermosas de
América.