martes, 16 de agosto de 2016

El Joker de Heath Ledger: Dantesco, realista e irremplazable



Ahora todo mundo tiene los ojos puestos en la nueva interpretación del Joker por parte de Jared Leto, la cual reconociendo que no es tan mala ni deja de apegarse a los criterios del criminal malvado que busca quebrantar el orden social, jamás en la vida se pondrá por encima de su predecesor Heath Ledger.


Veamos las cosas como son, tanto el Joker de Leto como el de Jack Nicholson, este último bizarro e infantil (propio del repertorio de personajes de Tim Burton), se asemejan al pandillero o traficante barrial, que encaja más con el resentido social que busca sonido y no con el concepto del psicópata clínicamente desquiciado.

El Guasón (nombre con el que lo conocemos en Hispanoamérica) de Nicholson aparte de que tiene nombre y apellido (Jack Napier), tiene una historia un tanto inverosímil y no digna para el personaje, primero se trata de un desempleado que asesina a los padres de Bruce Wayne en medio de un asalto y luego cae en un tanque de residuos químicos y abracadabra, se convierte en un payaso loco (una burla de mal gusto hacia los fieles fans de historietas del hombre murciélago). En cuanto al de Leto, no es más que un simple gánster con maquillaje que parece dirigir una banda de delincuentes mutantes y extraordinarios, lo que explica por si solo que es parte de una treta conspiradora (propio de gobiernos bélicos e industrializados) que se infiltra para mover los hilos del orden cívico.

Con el personaje que encarna Ledger, la cosa cambia. Primero no se trata de nadie que bajo un proceso químico tiñó su piel y su cabello, sencillamente un ser perturbado que decide maquillarse el rostro para cubrir una pronunciada cicatriz facial y usa su pelo alborotado dándose mechones verdosos de vez en cuando y sacando su descuidada vestimenta de algún polvoriento armario y, segundo, en vez de sobreabundar con alguna historia difícil de creer, da varias versiones distintas a nivel cronológico pero fidedignas con respecto a su origen, incongruencia que dota al villano de una atmósfera misteriosa, que tanto puede tratarse de un criminal con notoria experiencia en lo más profundo del bajo mundo, como un terrorista que aprendió el inglés y fue de un país remoto a sembrar el caos a Gotham City ( alguna urbe de EE.UU) y más hilarante y extraño aún, podría tratarse de uno de esos tantos poetas, pintores o escritores que se cercena el rostro con una Sonrisa de Glasgow luego de caer en una frustrante locura depresiva, ser internado en algún sanatorio (quizás Arkham Asylum) y finalmente escaparse para tratar de instaurar una nueva autocracia anarquista.

Leto y Nicholson fueron diseñados para marketing puro y superficial, para calmar el hambre surrealista y decadente de adolescentes de épocas distintas. El bufón de Burton que a pesar de una loable trayectoria y un dossier respetable, no deja de ser una vaga interpretación teatral y hasta cómica, que si bien es cierto su estética y estilo se asemeja al Joker de las viñetas de aquellos tiempos, jamás será recordado como un antagonista que ni siquiera se dignó en tener una muerte creativa y emocionante. La escena casi se repite con Ledger, pero al final no muere y jamás se sabe cuál será su próximo destino y paradero (ni siquiera se menciona en la posterior secuela), lo cual hace más interesante a los chicos malos de la trilogía de Christopher Nolan.

Siguiendo la misma onda teenager, nos quedamos con la personificación de Jared Leto al popular Killer Clown demente, la cual es muy ruda, dark y enfermiza pero poco impresionante. Leto es más metalero que actor, por ahí partimos, es como que le pidas a Marc Anthony que supere a Jhon Leguizamo interpretando a un pillo boricua, ¿irónico verdad?, pero el último a pesar de ser colombiano nato, posee mejores cualidades histriónicas para encarnar la piel de cualquier grupo hispano ante las cámaras, mientras el fuerte del primero prevalece más en los escenarios musicales.

El diseño fashionista del Joker de Leto es una mezcla entre el David Bowie de Ziggy Stardust y el Marilyn Manson de Mechanical Animals y The Golden Age of Grotesque, con toques de exponente de Gangsta Rap, aspirante frustrado a Justin Bieber, mimo de las Óperas Pánicas de Jodorowsky e integrante cocainómano y afeminado de las maras salvatruchas.

En conclusión, apenas es un bad boy con tímidas apariciones en una película de antihéroes que nada tiene que ver con su trivialidad personal con Batman. Muy pop y chicle para superar al monstruo de dimensiones desequilibradas que creó Ledger a base de su propia inmolación.

Con Ledger murió el personaje:

Heath Ledger encarna a un personaje psicótico e indescriptible, un tanto impredecible, que obra malvadamente por placer sin perseguir un fin material, sin lujos que ostente a base de sus bajos instintos. Es el reflejo perfecto de la locura y la perversión en su máxima expresión.

A mi entender y casi acierto que en el de la gran mayoría que sabe digerir el buen cine, con este Joker debió morir el villano y quedar estampado como figura de culto. No había necesidad con inventar con un sucesor que para nada lo supera en el concepto de Live Action.

Ledger se entregó en cuerpo y alma, sacrificó su salud física y mental e incluso su propia vida para interpretar a un Guasón que no muere físicamente, pero desaparece dejando varias incógnitas. ¿Lo mataron en alguna guarida secreta?, ante la paliza que dejó a Bruce Wayne semiparalítico, ¿lo mandaría a envenenar en algún asilo usando sus influencias de empresario multimillonario?, ¿se escapó y cambió de ciudad o país?, ¿su rostro desfigurado era alguna máscara que usaron ciertas autoridades desde el teniente James Gordon hasta el ingenioso Lucius Fox como un experimento de manipular al antihéroe enmascarado?, ¿aparece en The Dark Knigth Rises con su rostro reconstruido como un recluso más de los que son liberados de la Penitenciaría Blackgate?. Historia muy parecida a la de Brandon Lee al morir accidentalmente mientras se metía en la piel de The Crow, no dudo que Nolan se hubiese inspirado en la imagen siniestra de este justiciero oscuro, también extraído de los tebeos, pues en el recorte y el maquillaje hay un profundo parecido entre ambos.

En conclusión el Joker de Ledger superó al de Jack Nicholson y no será superado por el de Leto (por cierto un perrito faldero de Harley Quinn que contrasta con la imagen de poder que transmite en las versiones impresas) o cualquier otra interpretación futura. ¿Por qué no mencioné a la versión de César Romero?, eran los 60´s,  época de mentes sanas donde los más enfermos y retorcidos estaban a base de cannabis, LSD y mezcalina, por lo tanto eran tan ingenuos como los mente sana y tuvieron que darle un Joker hippie y florecita.


Más adelante hablaré sobre Suicide Squad y Batman antes de que DC siga metiendo la pata e invirtiendo innecesaria pasta…

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