Por: David Frías
La película fue estrenada en 1988 y tuvo un presupuesto estimado de dos millones de dólares, debido a sus surreales efectos especiales en esa época.
Cuenta con una duración de 90 minutos y fue producida por MGM, su banda sonora está encabezada de un tema homónimo realizado por la banda de Punk-rock The Dickies y las inolvidables composiciones de circo macabro que les agrego John Massari, quien no hace mucho influyó en parte de la carrera de Lady Gaga.
Santo Domingo, 28 Nov 2011.- A la hora de hablar sobre cine de horror, muchos especialista en temas del séptimo arte piensan en personajes tan míticos como: criaturas infernales; zombies; vampiros; hombres lobos; fantasmas y psicópatas que se evaden de algún manicomio o presidio de alta seguridad.
Sin embargo dentro de ninguna mente (por más creativa que sea) podría transitar la idea de que unos seres tan jocosos e incluso considerados como iconos del ecosistema infantil, sean capaces de cometer crímenes tan atroces que van desde estrangular con una serpentina sibilante al jefe de una delegación policial y luego usar su cadáver como títere de feria hasta deformarle el cuerpo a un agente de vigilancia especial, tras arrojarle una lluvia de pasteles rellenos con ácido y luego colocarle una bomba en forma de cereza gigante sobre sus restos corroídos.
Aunque no lo crean se trata de una raza alienígena que ha
adquirido una apariencia ingenua para invadir a la humanidad y a la vez son los
personajes principales (por supuesto también antagonistas) del filme de terror
Killer Klowns From Outer Space. Aquel largometraje escrito y dirigido por los
hermanos Stephen; Charles y Edward Chiodo, quienes a su vez aportaron a que Tim
Burton desarrollará ese estilo tenebroso que tanto lo distingue de muchos
directores de Hollywood, mientras realizaba sus primeros cortos para la
franquicia de Disney.
El argumento trata sobre una noche común y normal en la cual
múltiples parejas adolescentes iban a recrearse a un parque mientras contaban
las estrellas. De repente Mike Tobacco y Debbie Stone (una de las parejas) ve
aterrizar un artefacto extraño entre un bosque que colindaba con un parque de
atracciones abandonado. Curiosos se dirigen al lugar de los hechos, donde una
enorme nave espacial ha tomado la forma de una carpa de circo, luego se
adentran en ella y cuando son descubierto uno de los tripulantes le dispara con
una escopeta que lanzaba palomitas de maíz, las cuales al hacer contacto con el
agua se transformaban en unos diminutos monstruos similares a los
"Klowns".
Tras el incidente el caos se desata por toda la ciudad de
Crecesnt Coves, los payasos comienzan a ir casa por casa y distorsionan sus
voces haciéndoles creer a las personas que son repartidores de comida rápida o
mensajeros postales, una vez los muy ingenuos les abren sus puertas, los
extraterrestres le disparaban con unas pistolas de rayos laser las cuales los
transformaban en capullos de algodón de azúcar.
Ignorados por el Sargento Mooney y el oficial Dave Hanson,
los novios al igual que otros habitantes de Crescent Coves pasan por bromistas
mientras tienen que vivir la angustia de una persecutoria masacre
interplanetaria. De repente Hanson cambia de idea luego de ver el caos que
predominaba en su comunidad por las dantescas travesuras que cometían los
extraños visitantes y al ver como su compañero de oficio es asesinado por uno
de ellos.
Al vengar la muerte del Sargento Mooney, Hanson descubre que
el punto débil de los alienes es su pronunciada y rojiza nariz. Luego se
compone con Tobacco (a quien los payasos le han secuestrado su prometida) y los
hermanos Terenzi (un carismático dueto de vendedores de helados), para asaltar
la guarida del peligroso clan.
Una vez irrumpen en la carpa, mejor dicho en la nave
viajera, liberan a Debbie de un enorme globo e intentan escapar, cuando de
repentes son acorralados por el ejército completo. Ayudados por unas
emancipadas féminas alienígenas (las mujeres de los payasos) los hermanos
Terenzi penetran en el aposento secreto de la nave haciéndose pasar por un dios
imaginario que regía a las perversas criaturas, pero un el error de uno de
ellos hace que los adefesios se comporten de una manera incrédula e intenten
responder con violencia, acto que se frustra cuando tienen que retroceder
porque ha despertado "Klownzilla" su máximo líder, un gigantesco
monstruo mitad reptil y mitad payaso, cuyo temperamento es irracional e
iracundo.
El oficial Hanson es atrapado por Klownzilla quien está
dispuesto a comérselo vivo, pero este muy habilidosamente toma su placa
policial y la clava fuertemente en la nariz del coloso, el cual comienza a
desintegrarse hasta causar una explosión que destruye la nave y acaba con todos
sus tripulantes, menos los de raza humana que lograron escapar a tiempo y al
final reciben un baño de crema de suspiro producto del estallido, concluyendo
así la trama del filme.
Factor psicológico:
Uno de los elementos que más resaltan el cuadro
psicopatológico de esta película, es la frialdad con la que actúan esos seres
de otros mundos. Celebran sus crímenes como si se tratase de un chiste inocente
y no tienen ningún tipo de piedad hacía los entes indefensos, acciones que se
reflejan desde un maníaco bufón que con su carro invisible embiste a un padre
de familia arrojándolo con todo y vehículo por un puente y horas más tarde
devora a un grupo de curiosos, incluyendo a una pareja de ancianos usando la
sombra de un tiranosaurios rex, hasta otro que espera a las afueras de un
restaurante que una niñita salga a saludarlo para destrozarle la cabeza con un
enorme martillo de madera, acto que no se consuma gracias a la intervención de
un pariente de la infante.
Resalta el machismo, ya que las mujeres del clan no pueden
salir a la calle a hacer de las suyas y tienen que quedarse dentro de una
piscina de pelotas plásticas donde se entretienen inflando sus senos como si
fuesen vejigas. De otro modo se diría: "Yo soy el macho, el dueño de la
calle y usted mujer se somete al tedio y los oficios de la casa."
El enlace vandálico tampoco escapa de la opera prima de los
hermanos Chiodo, puesto que se observa como un diminuto payaso decapita de una
sencilla trompada al cabecilla de una pandilla de chicos rebeldes e inclusive,
el secuestro y otras infracciones como: asaltar tiendas, comisarias y casas de
familia.
En esto hay que recordar que aunque sea arte de ficción, no
es más que una semblanza metafórica del auge psicopatológico que vienen
expresando las corrientes del pensamiento occidental en las últimas décadas.
Cuyas características implican el acoso escolar hasta el crimen organizado; las
olas de atracos con tinte sádico, horrendo y sugestivo y por supuesto las guerras
de carácter invasor bajo el objetivo de obtener intereses se pueda o no se
pueda, mejor dicho "me das lo que tienes por las buenas o por las
malas".
También en esa misma década se llevó a cargo el proceso
judicial en contra del asesino serial John Wayne Gacy, mejor conocido como
"Pogo el payaso" y Stephen King publica el libro It o eso.
El Surrealismo como hilo conductor de la trama:
Esta película debería encasillarse dentro de los mejores
filmes surrealistas de los tiempos modernos, al igual que otros como:
"Lost Highway"; "Donnie Darco" y "La Montaña
Sagrada" de Alejandro Jodowrosky.
Es lo único bueno que más le resalta a la obra celuloidea,
digno de los notables efectos especiales de calidad que requiere la ciencia
ficción audiovisual. Los coches invisibles, la creación de figuras reales y
vivientes a través del juego de sombras causado por el movimiento de las manos
al son de la iluminación de la calle y los capullos de algodón dulce que en su
interior producen una enzima capaz de procesar los huesos, la sangre y los
órganos vitales de sus víctimas hasta convertirlos en una deliciosa mermelada
color rojizo claro que se toma vía un calimete en forma espiral, son ejemplos
claros.
Tampoco podemos dejar el enfoque técnico y
"jodowroskyano" de sustituir las secreciones por elementos mágicos y
culinarios, que en este caso son: al herírseles la nariz en vez de sangrar
expiden una lluvia de confite; al estornudar en vez de botar moco expelen crema
para tartas y cuando se autodestruyen desaparecen expandiendo destellos de
luces.
La creación de kokalecas que al hacer contacto con el agua
se transforman en pequeños monstruos (según un opinador de cine de esos que se
apostan en los bares de El Conde Peatonal, pudo haber sido una idea plagiada al
ánime de Akira Toriyama, Dragon Ball Z). Recuerden que en el episodio en que
Nappa Y Vegeta llegan a la tierra (extraterrestres invasores por cierto),
siembran unas semillas de las cuales brotan unas criaturas deformes llamadas
Saybaymens (Por cierto la serie se estrenó en Japón dos años antes que el
invento de los Chiodo).
Y dos elementos caninos y espectrales que no pueden
obviarse, el opacamiento de la pared de la carpa para atrapar a un perro con
una red de caza y la fabricación de unos sabuesos a base de delgados globos
cilíndricos que una vez cobraban vida salían a olfatear a sus víctimas.
¿Tuvo secuelas?
Después del estreno de Payasos Asesinos del Espacio Exterior
(su nombre original en castellano), en el resto del mundo se han realizado
otras películas con el mismo tema de payasos que matan, sean o no sean
extraterrestres, con más proliferación en las recientes décadas de 1990 y 2000.
No obstante los hermanos Chiodo no volvieron a rodar
secuelas sobre el tema, ni mucho menos filmes con contenidos similares. Aunque
en 1999 (11 años después) en Suiza fue proyectada "Bloodsucking Killer
Klowns From Outer Space", un remake de bajo presupuesto y menor estética
al original, y está vez aparte de extraterrestres también los payasos eran
zombies-vampiros, pero no tuvo el mismo impacto popular que su antecesor.
Este artículo fue publicado oficialmente en "Diario Dominicano" el 27 de noviembre del año 2010...
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