jueves, 19 de diciembre de 2013

A la bella siempre le fascinó la bestia



Por: David Frías

La ingenua sociedad dominicana se cuestiona el porqué un comunicador tan refinado y adinerado como Claudio Nasco se metía en una cabaña a tirarse a esperpentos marginales cuando reunía toda las condiciones para copular con aquellos jovencitos de familia pudiente, piel clara y pelito bueno, que se parten comiendo suchi en los restaurantes tipo Lounge, estudian diseño en Chavón, toman margarita y escuchan balada pop y de vez en cuando electrónica, cuando se meten éxtasis o heroína por sus frágiles organismos en medio de un Rave alucinante. Pero la respuesta es que cuando el moreno le resuelve “ella” lo mantiene.