domingo, 10 de noviembre de 2013

Danilo Medina debería emular al famoso Éxodo de Mariel


El presidente Medina en compañía de su homólogo haitiano Michel Martelly


Por: David Frías

Hastiado de múltiples presiones por parte de la hegemonía estadounidense, el líder revolucionario y también presidente de Cuba en aquel entonces, Fidel Castro, se propuso a otorgarle la oportunidad a cientos de ciudadanos de su país que fueran a reencontrarse con sus parientes en suelo estadounidense.


Para ello el 15 de abril de 1980 por órdenes del gobierno comunista se les había permitido a 10 mil cubanos que 10 días antes se amotinaron en la embajada de Perú en La Habana, la posibilidad de escapar del país por el Puerto de Mariel en la provincia norteña de Artemisa, siempre y cuando sus familiares se responsabilizaran de ellos a su llegada a Florida, EE.UU.

Como una manera irónica de desafiar al gentil pero firme comandante Castro, Jimmy Carter quien en ese preciso momento regía el poder ejecutivo de la Casa Blanca, dijo la siguiente frase con respecto a los refugiados cubanos: "Seguiremos teniendo el corazón y los brazos abiertos''.
Inmigrantes cubanos mientras partían a Florida por el puerto de Mariel

Lo que provocó que a principios de mayo el régimen liberara a los criminales más peligrosos de sus cárceles y junto a sidosos, tísicos, prostitutas y enajenados mentales abordaran las embarcaciones que le llevarían a sembrar el caos en la nación de George Washington. 

Eso mismo debería hacer nuestro señor presidente constitucional Danilo Medina, ante el filo de la espada que le están hundiendo los “grandes señores” del globo terráqueo. Presidente Medina, no le pidas perdón a nadie y no sucumbas a las presiones externas, deberías darles al mundo lo que piden.

Si tanto consideran que nos tenemos que echar encima la pesada cruz de Haití, haga usted lo mismo. Empiece a sacar a los psicópatas más temidos de Rafey, La Victoria, Najayo y el 15 de Azua. De igual manera recoja a los cientos de dementes y pordioseros que andan en nuestras calles junto a los pacientes que quedan en el Hospital Psiquiátrico Padre Billini (mejor conocido como el 28), más los huelecemento y piperos de la Duarte, las meretrices de esa misma avenida y la Bolita del Centro de los Héroes, los maricones de la Ortega & Gasset y los cientos de sidosos y tuberculosos abandonados que yacen en nuestros centros de salud. Tan pronto tengas ese conglomerado de gente, averigüe si tienen parientes en el exterior (es decir en aquellos países que nos tratan de imponer obligaciones a la fuerza) y si no los tienen ya saben que ellos (“las potencias”) también tienen sus ONG´s e instituciones con el corazón y los brazos abiertos.

Luego proceda a crear campamentos especiales para irlos agrupando uno a uno y clasificando según el mal que tengan y posteriormente, sea por Haina, Ozama (San Soucie), La Romana o Manzanillo, disponga de una flota masiva de embarcaciones para enviarle ese misil humano a las mismas playas que consideran que debemos aceptar a los haitianos queramos o no. De paso incluya a par de haitianos en la travesía para que estos puedan encontrar nuevas oportunidades.

Tan pronto esos blanquitos de ojos claros y pelito bueno y esos morenos de siete pies que se consideran los amos absolutos del establishment, tengan temor a dejar jugar a sus hijos en los parques, por la amenaza de algún asaltante, pedófilo o esquizofrénico dominicano, entenderán por qué uno trata de regular las leyes migratorias de Quisqueya. 

Tan pronto esas doñas refinadas de las altas urbes sientan temor de que alguna prostituta caribeña le quite al marido y se lo contagie de VIH o cualquier ETS, entenderán porque a nosotros no nos interesa que las haitianas vengan aquí a vender sus cuerpos, a embarazarse y a parir como curías. 

Tan pronto ellos se vean amenazados por esa avalancha indeseable que ha sido considerada por la aristocracia dominicana como su escoria más baja, entenderán sin ningún tipo de argumentos el por qué cada país soberano e independiente merece ponerle orden y organización a su sistema migratorio. Pues nadie conoce la gravedad de la enfermedad, hasta que no se la pegan.

Si los tratados internacionales nos perjudican, ¿por qué a las otras partes no puede tocarle un tajo del pastel?

Señor presidente si toma medidas razonables al respecto, yo le apoyaré al 100%...

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