sábado, 7 de mayo de 2016

El verdadero crimen del siglo XX



20 años que se fueron en un abrir y cerrar de ojos, dos chicos estigmatizados por su travesura macabra y un polémico caso ocurrido en el Santo Domingo del vigésimo siglo. Lo que muchos se preguntarían a nivel de criminología, ¿fue lo más grande que aconteció en el transcurso de esos 100 años?, con una ola delincuencial parecida a la actual entre los años 1910 y 1920, dos invasiones arbitrarias de una potencia extranjera, una dictadura de tres décadas, 12 años más de represión estudiantil y anticomunista, una poblada en 1984, un golpe de estado en 1963, una revolución en 1965 y una sociedad tradicionalmente violenta e irracional, ¿podrían catalogarse a Mario Redondo Llenas y Juan Manuel Moliné como los criminales más despiadados, infames y sanguinarios del siglo pasado?


Apenas estaba a punto de cumplir los nueve años  en esa primavera de 1996, cuando me sentí marcado por ésta barbaridad, llegué a sentir repugnancia por un par de individuos que así como se aprovecharon de la inocencia y la fragilidad de un niño (sin tomar en cuenta que era el propio primo del artífice de tal plan escalofriante), pudieron haberme secuestrado por la calle y hacerme lo mismo o algo peor y aun siendo alguien de clase media, en esos tiempos donde no había tanta garantía para la niñez dominicana como ahora, quedaría como uno más por quien casi nadie (sólo unos pocos allegados), alzaría la voz pidiendo justicia.

20 años después, adulto, preparado académicamente y observador de todas las tragedias incontrolables que suceden en ésta mitad de isla, me di cuenta que esos muchachos eran dos enfermos mentales (según un análisis psiquiátrico efectuado en aquella época) y que ello, sumado a una inadecuada crianza y malas influencias más que todo, podría potenciar que un adolescente sin capacidad de analizar con madurez sus actos y con excesos de adrenalina y testosteronas recorriendo todo su torrente sanguíneo, es proclive a cometer cualquier yerro sin importar la magnitud. La mente es susceptible y traicionera y puede fallarle al más santo si no hace un buen uso de su carácter y fuerza de voluntad para frenar los impulsos.

Por más que lo quieran vender o pintar, el caso Llenas no fue el crimen del siglo, fue un acto más de crueldad como los tantos que vemos de padres ebrios que ultrajan a sus vástagos, hijos resentidos que asesinan a sus padres, hombres despechados que matan o agreden brutalmente a sus esposas y hermanos que secuestran a sus sobrinos para pedir cuantiosos rescates.

Independientemente de su posición socioeconómica, sus orígenes o su color de piel y textura de pelo, José Rafael Llenas Aybar era alguien prometedor que podía llegar lejos y hacer grandes cosas por su país y el mundo y nadie debió tronchar su trayecto, pero quienes vilmente arruinaron su vida se pararon frente a un estrado a dar cuenta por sus actos y recibir la sentencia correspondiente. ¿Muy poco tiempo en prisión?, seamos claros, el Código Penal se aprueba o se modifica por parte de los tres poderes estatales (ejecutivo, legislativo y judicial), pero la llamada sociedad civil juega un rol importante e influyente y si un ejemplo los congresistas y juristas abogan por el aumento de las penas o la cadena perpetua, siempre aparecen dos o tres opositores de peso que consideren que es algo inhumano e injusto, ¿de qué se quejan entonces?, si deciden que 20 o 30 años es la pena máxima, no podemos hacer más nada por quien ha agotado ese período de reclusión.

Pero así como José Rafael pudo ser un gran aporte para la nación, ¿qué será de los cientos de universitarios que en todo territorio dominicano les apagan sus sueños por un trapo de gorra o celular?, ¿qué será del hombre gris o verde que deja a sus hijos en la orfandad combatiendo el crimen?, ¿qué será de la mujer con deseos de superación que es masacrada por un gorila que no entiende cuando las cosas tienen que terminar?, éstas personas también pudieron ser un gran aporte y sin embargo ya no están, pero para ponerle la rueda de limón al Martini, gran parte de éstas muertes quedan impunes.

¿Debe Moliné vivir con el estigma del criminal del siglo XX?

Esto no se lo voy a responder a los lectores, se lo responderé al mismo Moliné, claro está, si aparece algún conocido de él que se digne a mostrarle este artículo.

Mira Moliné, tras tu salida de prisión no debiste pedir perdón a la sociedad, muchos no lo entenderán, no les dará la gana de creerte y por lo tanto no te lo darán aunque le supliques de rodillas, pues están en el mismo derecho de no aceptarlo, así como tu acabas de adquirir el derecho a ser un ciudadano libre y elegir lo que te plazca, siempre y cuando no transgreda las leyes ni perjudique a terceros. Con decirle a la prensa que cumpliste la sanción que estableció la justicia y lucharás por ser un hombre nuevo, con eso bastaba. Total, muchos delincuentes salen sin cumplir la medida de coerción y se burlan en la misma cara de los familiares de sus víctimas y, ¿Cuántos pastores y misioneros no han testificado que antes de meterse al evangelio violaban, mataban, se drogaban y atracaban?, sin embargo han puesto fuerza de voluntad y son ejemplos para sus iglesias y comunidades,  al menos usted reconoció lo que hizo y asumió su responsabilidad. Pero si salió de corazón pedirlo, bien por ti.

Escribe un libro de tus experiencias en prisión y úsalo para que las futuras generaciones vean tu fracaso como espejo y no se dejen confundir por dañinas tentaciones. Aparte de que harás un aporte social y quizás mundial, a cambio obtendrás admiración, progreso y respeto.

Entonces, ¿cuál fue el crimen del siglo XX?

Ya que no fue el caso Llenas, tampoco lo fue la matanza a los ocultistas de Palma Sola, ni a Amín Abel Hasbún, ni a Orlando Martínez, ni a las Mirabal, ya que estos últimos respondían a simples rencillas políticas. Para mí el verdadero crimen del siglo XX fue la masacre que cometió Trujillo en perjuicio de miles de inmigrantes haitianos en 1937, para dos décadas después permitir que sus descendientes se asentaran ilegalmente como braceros  en bateyes, buscando el déspota abaratar costos en transportes hacia el otro lado de la frontera.

Hoy día no es una sola persona como Moliné quien lleva una etiqueta de villano, más bien la lleva un país completo a quien la comunidad internacional acusa de racista, simplemente por la historia maldita de un demente (peor que Mario Redondo) que por caprichos de blanquear la raza usó el método de segregación más sádico y despiadado, buscando asemejarse a sus homólogos europeos Hitler y Mussolini.


Gracias a ese crimen el mundo puede llamarnos dominicanos en cualquier país que vayamos, mientras que llamar a nuestros vecinos haitianos por su gentilicio, podría ser objeto de una amonestación en los tribunales internacionales por “discriminación racial” y “xenofobia”.

3 comentarios:

  1. Quizás lo que voy a decir puede sonar algo cruel pero es mi punto vista. Solos dos tipos de personas comenten o participan en un "crimen" de tal magnitud como es el caso Llenas; o es una persona con serios problemas mentales o es un individuo con una capacidad superior que busca satisfacer sus necesidades por medios que se consideran anormales en la sociedad actual, con esto no estoy justificando el crimen pero si analizamos la conducta del implicado, notamos una serenidad y una paz interna que generalmente solo se aprecia en "individuos" con ciertas habilidades o poderes divinos como los grandes profetas y sabios, dígase: Buda, Jesus de Nazaret, Salomón y otros. El implicado cumplió condena y ahora que es liberado se ha creado un espectáculo mediático sentimentalizando a la población, vivimos en un país donde es fácil manipular los sentimientos de los individuos. Realmente vivimos en una sociedad compuesta de personas mediocres ¿Por qué nadie hablaba sobre el tema hasta que el implicado fue liberado? simple, a nadie le interesaba, entonces ahora aparecen cientos de "moralistas" deseando la pena de muerte al implicado en el caso Llenas y eso es contradictorio ("Un moralista deseando pena de muerte"). Me pongo en los zapatos de los familiares de la víctima y la verdad es que la situación es difícil pero ya pasaron 20 años del suceso y a diario mueren niños en todas partes del mundo, algunos mueren atropellados, otros porque les cayó una granada y le explotó en la cara y algunos por desnutrición como en las mayorias de las tribus africanas. Lo siento mucho por los familiares de la victima pero no puedo personificar la situación y por eso no expreso sentimientos con respecto al caso.

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  2. Totalmente de acuerdo contigo David, miles de crímenes quedan inmunes. Una generación doble moralista es la que estamos viviendo, ¿Qué me dices de Karla? La niña que desapareció, ¿Qué dicen las autoridades de ese caso?, nada, Karla no era hija de papi y mami. Deberíamos dar prioridad a aquello que lo amerita.

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  3. Totalmente de acuerdo contigo David, miles de crímenes quedan inmunes. Una generación doble moralista es la que estamos viviendo, ¿Qué me dices de Karla? La niña que desapareció, ¿Qué dicen las autoridades de ese caso?, nada, Karla no era hija de papi y mami. Deberíamos dar prioridad a aquello que lo amerita.

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