miércoles, 10 de junio de 2009

Evaluación del comportamiento díptero (algo que las personas osarían a emprender de ahora en adelante)

El pasado sábado 23 de mayo le daba gracias al creador por haber cumplido un año más de vida, en aquel día grisáceo y fresco por los recientes torrenciales me ocurrieron dos siguientes fenómenos que me dejaron sorprendido.

Primero: Casi eran las 11 de la mañana, una hora muy crónica cuando un tremendo escalofrío trepaba mis huesos, la carne se calentaba como filete en barbacoa, mis vísceras se peleaban entre si hasta sacudirme el hígado. De repente aparece ella con su camiseta escarlata, sus bucles dorados que se trenzaban como dos fuertes espirales radiantes, un gorro impermeable para la lluvia, mirada de océano y porte conservador.

Inmediatamente sané mí mal, pues no comprendo si ella a de haberme gustado o no, se lo dejó de tarea al destino y a las sugestiones espontáneas del inconciente. En fin lo que cabe decir sobre esta momentánea experiencia de recuperación psicoarticular es que hay gente que por su aptitud presuntuosa y moralista, se te pegan en el cerebro como las moscas al caramelo, pero a la misma vez poseen esa gracia de irradiar energías positivas y curativas.

En conclusión yo estaba hecho una larva que se transmutaba en pupa, pero el simple zumbido de ponte en viva y despierta, me trajo al mundo de no seguir padeciendo dolores atroces y escapar de aquel vertedero mental.

Segundo: En la tarde de ese día fui a uno de los orinales de la universidad, fui a dos cosas; uno a limpiar mis riñones evitando un futuro cáncer de próstata y dos a dejar caer un poco de pis en el suelo para marcar mi territorio. En ese momento se posaron dos moscas sobre la loseta, ambas se movían zigzagueando y haciendo círculos sin volar.

La primera lucía alterada, mientras que la segunda se veía un poco apagada. Para disipar mis reflejos de entretenimiento sople fuertemente dejando escapar cada aire acumulado en mis pulmones. Resulta que la mosca loca se fue volando ante la fuerte ráfaga y la mosca confundida se quedó girando en su letargo.

En fin sobre ello saque mi propia conclusión, la cual refleja que es mejor estar loco y evadir las absurdas y necias tempestades y no quedarnos a vacilar entre la confusión.

Eso es todo de mi parte y recuerden que evaluó las conductas pero si hay ratas albinas no tengo porque experimentar con moscas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario