sábado, 6 de junio de 2009

Crònica Carnavalesca


Diabólico Disfraz Encantado


George Razingeri corría despavoridamente cuando tres matones de su barrio (Tommy Tiznado, Richard Ramírez Jr y Cinocéfalo Errante), lo perseguían hasta acorralarlo en el callejón de Los Curas, donde le propinaron una paliza.


Siendo este un joven conservador que todos los domingos en la mañana iba a misa y se bañaba con agua tibia y esencia de romero. Fue sometido a ponerse un disfraz de diablo cojuelo elaborado en La Vega., mientras el sol caribeño quemaba los moretones de su cuerpo e iniciaba el gran desfile cultural. Violando su vehemente reverencia hacia la cuaresma, siente un leve ataque de asma y cae agonizando al suelo cuando es rodeado por caretas, cuerpos desnudos maquillados con pintura y las llamas del infierno onírico que evocaban la voz de Lucifer incitando a matar para que se librara de sus penas.


Desconociendo que el traje fue encantado en el siglo XVIII por una hechicera llamada Carol Hanna, George se fue desvaneciendo hasta volverse un demonio. Tres tristes “Tigueres” se escondían en un viejo garaje de Ciudad Nueva, cuando misteriosamente fueron apaleados por una gruesa vejiga de cuero hedionda a azufre, luego de que hubiesen robado una gallina. Clamaban auxilio, pero el diablo pintoresco les extirpo los testículos para freírlos en un salten con aceite de castor y así alimentar a las fieras de la calle. De ahí en adelante lo que queda es la semblanza de una leyenda urbana.

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