Yacía
en el suelo aquel hombre fornido, con sus colosales brazos de peleador
callejero que parecían dos opuestas
galerías de arte por la amplia infinidad de tatuajes. El revolver a un
lado sin municiones en la recámara, mientras una enorme criatura con apariencia
de mosquito la sangre le succionaba.
Viernes
7-7-2017 (día cabalístico de los dígitos de Dios), 5:45 PM:
Miembros
de la Policía Municipal encuentran en el interior del Cementerio Nacional de la
Máximo Gómez a un extraño niño rubio que portaba un suéter azul celeste con una
caricatura de Charles Manson parodiando a Jesús de Nazaret, estaba sentado en
la tumba de una muchacha que en los 80´s
fue apuñalada en la preventiva del ensanche La Fe por un pleito entre reas
lesbianas. Al momento de su encuentro, el infante de algunos cinco años y
aparentemente autista se estaba comiendo un pedazo de velón como si de una
golosina se tratase.
7:
00 PM (hora cabalística del mismo día):
Luego
de llevar al menor a un canal de TV para procurar a algún familiar, lo refieren
a un hogar de acogida en el V Centenario (por Villa Juana) declarándolo por
abandonado. A la hora de la cena le brindan a todos un frío chocolate con
leche, el pequeñín protesta argumentando que aborrece las bebidas a esa baja
temperatura, sus pupilas enrojecen y arroja fugazmente una mirada colérica que
provoca que el chocolate hierva a todo volumen hasta impregnar la taza de
vapor.
Sábado
8-7-2017, 8:46 AM:
Varias
unidades del 911 se encuentran apostadas en las inmediaciones de la casa de
acogida, decenas de menores huérfanos y abandonados están secos como momias en
miniatura y el personal de la institución por igual, un vecino de la zona que
fungió como único testigo, relato que salió al balcón del edificio donde
residía a escuchar por celular una salsa añeja de Héctor Lavoe y a inhalar unas
dos o tres rayas de cocaína y que vio un gigantesco mosquito romper una de las
ventanas del albergue, para salir volando, eran alrededor de las 3: 33 AM.
5:00
PM (del mismo día):
Desde
mi sofá estoy viendo Pulp Fiction, sólo que no recuerdo la escena que
presenciaba a esa hora, no sé si cuando John Travolta está bailando twist con
Uma Thurman o Vincent Vega va con su amigo negro (el que se convierte a
cristiano) a darse un baño de manguera en el jardín de Tarantino, luego de
ambos mancharan sus trajes formales con sangre tras una masacre con gánsteres.
Bueno eso en nada tiene que ver con lo que estoy contando, prosigamos con la
historia.
Domingo
9-7-2017 (hoy), 12: 30 AM:
Una
pareja de esos chopos que consiguen par de pesos y cambian el barrio por el
residencial abordaban su vehículo para ir a descansar a su pent-house, el cual
consiguieron a base de mucho sacrificio (el marido atendiendo un punto en Guachupita
y la mujer cuereando en un burdel de la Pasteur). Iban a descansar tras
participar de una fiesta que tenía el mismo canal donde anunciaron al muchacho
abandonado en el camposanto, se aburrieron cuando un insípido mexicano fue a
cantar rancheras románticas y por lo tanto se marcharon a casa. Tras salir del
parqueo del Estadio Olímpico toman la Máximo Gómez camino a Villa Mella y en la
puerta del cementerio ven al mismo niño anormal extraviado, lo montan en el
asiento trasero y siguen rumbo a su morada sonando a todo estruendo las odas
vacías de los sublimes dembowseros.
2:00
AM:
Preparan
un set improvisado de grabación en su habitación, era una pareja de perversos
que secuestraban a niños callejeros, ¿cuál era el fin?, rodar películas Snuff
con ellos, para venderlas en la Deep Web a un buen precio. Suena el timbre,
salen a la sala y abren la puerta de su lujoso apartamento. Dos pillos han ido
a comprarle armas sustraídas a policías caídos en medio de atracos, eran dos
sicarios que necesitaban armarse para hacerle un trabajo a un funcionario que
por un lío de faldas quería quitar a un personal trainer del medio.
Compran
las armas (una 32 negra que le quitaron a un raso en Los Guaricanos y un
revolver que un día antes la tíguera le había robado a un coronel en una cabaña
tras sedarlo con un somnífero en la bebida) y se van. Billy (nombre del traficante) va a
la habitación a preparar al niño para un abusivo espectáculo y Brenda su mujer
se queda en la sala, ya que recibe la llamada de una hermana, la cual le cuenta
sobre el nacimiento de una hermosa hija que tuvo con aquel viejo italiano que
chapeaba desde que se mudó del Bronx a un lujoso vecindario en Rhode Island.
3:
33 AM:
La
llamada duró una hora y media con tres minutos extras, Brenda se dirige a su
aposento y encuentra que el bombillo está apagado, lo enciende y se encuentra
con la sorpresa del cuerpo de Billy tendido sobre la cama, estaba más seco que
una pasa navideña. De repente la muy vagabunda siente una estocada en la zona
del abdomen, siente como una especie de cánula-aspiradora empieza a absorber
grandes toneladas de su sangre, estupefacta y perpleja quedó con aquello que
sus ojos captaron, hasta nublarse y perder la conciencia y la respiración.
6:
11 PM (también hoy mismo):
Un
hijo de papi y mami viene setiao y endrogado en su Audi convertible por la 27,
con música de Pink Floyd hasta el tope, el jevito era de la gente de la Marcha
Verde y cuatro mujeres casadas le acompañaban en la parte trasera con camisetas
del mismo color, iban para Puerta de Hierro a hacer una orgía (pobres maridos
ingenuos, no saben lo que sus esposas hacen cuando los domingos dicen que van
para la calle a “luchar” por “causas justas”). No se sabe si por las
alucinaciones producto de tener la nota alta o por causas de nacimiento, pero
el jevito era un jodido daltónico que veía todo tan verde como la ganja que se
fumaba desde la secundaria, incluso se ganó par de multas con la AMET (a
quienes siempre les reconocía el color de uniforme) por pasarse par de
semáforos en rojo pensando que estaban en verde.
Una
mujer llevaba al carajito de manos, lo llevaba a un canal que estaba en la 27
casi con Gómez (justo al noticiario de un histriónico cubano prohaitiano que
usa corbatín de mariposa), a pesar de que su playera era color azul celeste, el
activista la veía verde y se detiene:
-Doña
pero ese niño es de los míos, ese es de nosotros, de los verdes.
La
mujer le dice:
-Ese
muchacho es medio aloquetiao, yo me lo encontré pidiendo leche con chocolate
caliente por los lados de Villa Mella y me monté en una guagua y me lo traje al
canal, a ver si localizan a la familia.
El
revolucionario le argumenta:
-No
ombe, no hay necesidad de eso, nosotros somos su familia el chamaquito también
es de los verdes.
Y
la dama le dice:
-A
pues lléveselo, una carga menos para mí, si yo hasta dejé a mis dos hijos en un
asilo porque no los podía mantener y me cuentan ayer que la bruja se los chupó.
6:
43 PM:
Producto
de un tapón los pseudo hippies caribeños estaban varados entre la Kennedy con
Gómez y el mocoso autista se lamía los mocos, jugaba con las manos, sacaba la
lengua y reía. Una vez libres avanzan a velocidad de petardo de pascua y justo
en la esquina del cementerio (Gómez con Pedro Livio Cedeño) se les pincha una
llanta. Se desmontan todos, el loco verdoso, el cuarteto de adúlteras y el
rarito. Un entrenador de gimnasio cruza la calle con un bulto colgado al hombro,
desde una motocicleta dos tipos de perfil sospechoso lo persiguen, un ser
malvado de mucho poder les dio la orden de exterminarlo por medio millón, pues
en reiteradas ocasiones le había cogido a la mujer.
Cambia
el semáforo, el instructor pisa la acera y se dirige a tomar los trenes del
subterráneo y cuando está a punto de descender por las escaleras, el sicario
que iba en la parte trasera de la moto se apea, soba el arma y empieza a
disparar, repentinamente el niño de manera inquieta se fue corriendo hasta la
entrada de la estación y se le pegaron los tiros por error. El delincuente que
manejaba emprende la huida, dejando a su compañero solo, quien lleno de estupor
fue a socorrer al herido inocente, momento que también aprovechó el entrenador
para correr y prontamente escapar del peligro abordando un tren.
El
daltónico saca su tabla y le dice:
-Azaroso,
hijo e tu maldita madre, si un grande te pagó pa darle pa´bajo a un verde,
debiste matarme a mí y no a un inocente.
El
tíguere le rebate:
-Nueve,
¿tú no ve que ese carajito está vestido de azul y es de la calle?, yo también
soy de ustedes y no desafino con mi gente.
Se
quita una camisa y muestra un T-shirt del polémico movimiento y se arma una
discusión entre ambos.
El
daltónico: Es verde, coño, ¿tú no ves que ese nene hasta la sangre la tiene
verde?.
El
tíguere: Es azul.
El
daltónico: Es verde.
(Bis
x Bis x Bis)
Y
siguen discutiendo hasta que se baten en duelo y se matan a puro plomo como lo
que son, dos puros antisociales rebuseros.
Por
otro lado las cuerneras, la policía que llegó al lugar de los hechos, el médico
legista que fue a levantar los cadáveres y los curiosos transeúntes quedaron
atónitos al ver como el cuerpo del niño empezó a hincharse y a experimentar una
extraña metamorfosis hasta convertirse en un enorme mosquito verde, el cual
salió volando y expulsando las balas de su cuerpo, mientras todos sacaban sus
celulares para tomar fotos y videos y subirlos a las redes.
7:
58 PM:
El
vándalo que huía en su motocicleta se detiene en el parque Eugenio María de
Hostos por Ciudad Nueva, suena su celular y recibe una llamada:
-Loco,
chancea al tipo del gimnasio, él sólo tuvo unas conversaciones por Whatsapp con
mi mujer, pero en realidad quien se la tiraba era el riquito ese con el que tu
amigo se fue a los balazos por los lados del cementerio. Te pago el medio
millón cuando me saque la loto, excúsame por el error, mi hermana me pasó un
fax equivocado porque en verdad ella quería darle pa bajo al entrenador porque
la dejó por una vieja con cuartos, no era el funcionario fulano de tal, sino
Daurys La Mosca de este lado, saludos desde La Victoria, nos vemos pronto en el
patio manín.
Mira
al oscuro y nublado cielo y exclama:
-No
joda, que me lleve el diablo.
De
repente se acerca el colosal mosquito verde dirigiéndose hacia él, quien saca
el revolver que Brenda le llevó al coronel en la cabaña y dispara sin éxito una
y otra vez. Al final se resigna a su destino y entre sollozos dice:
-No
es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar, Dios, ¿por qué a mí?, que sea tu
voluntad no la mía.
Par
de segundos después:
Yacía en el suelo aquel hombre fornido, con
sus colosales brazos de peleador callejero que parecían dos opuestas galerías de arte por la amplia infinidad de
tatuajes. El revolver a un lado sin municiones en la recámara, mientras una
enorme criatura con apariencia de mosquito la sangre le succionaba.
8:
00 PM (hora del infinito):
Termina
el insecto de tomarse el último sorbo dejando a su víctima más seca que un palo
hebreo milenario en la vitrina de un museo, se acerca una nave espacial sonando
una extraña melodía que parecía una cumbia fusionada con electrónica y música
de relajación oriental, de ella desciende un reptiliano el cual le pone al
mosquito un collar de perro y le reprocha el haberse escapado de otra galaxia.
Ambos entran a la nave y ésta se marcha, mientras sus antenas captan una
interferencia de una emisora FM y empieza a sonar el estribillo del merengue
Volveré de Rubby Pérez.
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