lunes, 31 de julio de 2017

Junot Díaz: ¿Protagonista o villano?



Hasta ahora, hasta que este servidor que escribió este artículo no publique su libro y hasta que él, conforme a sus actos no se preste a renunciar a la nacionalidad que compartimos, Junot Díaz es el mejor escritor dominicano, su galardonada obra sobre el nerd obeso que debido a una maldición ancestral no podía desvirgarse, hizo que todos los círculos intelectuales dominicanos le coronaran como el best autor por excelencia del country, pero sus actos denotan que a cada dominicano nos está dando una despiadada puñalada por la espalda.


Primero dijo que los centros de acogida para inmigrantes ilegales  en proceso de deportación eran campos de concentración y ahora firma una carta en la que acusa a sus compatriotas de fomentar una campaña racista por el sólo hecho de no tolerar que personas penetren una frontera sin papeles para venir a defecarse en nuestras calles, quitarle los empleos a humildes trabajadores nativos, atracar, violar y asesinar.

Una mujer puede estar buena pero si le pega los cuernos a un hombre, lo más normal es que este la aísle de su entorno y de su vida, por lo tanto por su traición a la nación que le dio una cuna, un soporte a su brillante carrera literaria y un voto de confianza, propongo que aunque nos deleitemos con sus libros hagamos enormes hogueras colectivas con los mismos para asar barbacoa, saquemos todo lo referente a su persona de cada stand y de cada librería y oremos en cadena para que los suecos nunca lo nominen al Nobel de literatura.

Es más me voy más lejos, debería promulgarse una ley en la cual sea sometido todo aquel a quien en territorio dominicano se le encuentre literatura de Junot Díaz en su poder. Prosiguiendo a aplicar penas parecidas a las que se les imponen a aquellos que trafican con drogas, pornografía infantil o armas de contrabando, ya que no podemos permitir que este individuo por más desinhibido que sea su estilo que rompe con los parámetros convencionales y puritanos del platanero autor tradicional, venga a mofarse con su propaganda negativa de ONG´s de pacotilla, sin medir las consecuencias que esto pueda causarnos al turismo, a las relaciones diplomáticas y a la economía.


Es bueno, pero nos hace daño (si los niños odiaran las golosinas, jamás morirían siendo diabéticos), por lo tanto dile no a la obra de Mr. Díaz, por cierto antes de someter un anteproyecto para que censuren sus publicaciones y lo declaren persona non grata, ¿todavía Oscar Wao sigue siendo señorito?...

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