lunes, 2 de febrero de 2015

Nacionalismo no quita racionalismo


Foto cortesía de Acento...

Por: David Frías

¿David Frías es nacionalista?, por supuesto que sí y no se arrepiente de serlo, pero en el sentido de defender los intereses de su país, así como lo hace el gringo, el alemán y el haitiano, sin recurrir a atentar contra la vida, integridad o seguridad mental de mis paisanos, pues tan pronto atacas a un nacional de tu país (se comporte o no en contra del país), eres antinacionalista, pues atacas un producto de manufactura nacional (sea o no defectuoso).


¿Hay que combatir la haitianofilia en el pensamiento dominicano?, claro que Yes, very good and very true, al igual que hay que combatir al haitianófilo, pero no con torturas, amenazas ni masacres, más bien usando el efecto espejo para hacerles ver la realidad latente que fue maquillada por difamaciones externas e inducciones psicológicas de organizaciones no gubernamentales financiadas por sectores conspiradores, tal cual guerra fría antidominicana.

En el caso de los cuatro colegas de la foto (periodistas al igual que yo). Estén o no de acuerdo con los ideales de cada nacionalista como tú o como yo, escriban o no desligándose de los asuntos de interés nacional, defiendan o no a los haitianos y a todo extranjero que alza la voz para disfrazar de racismo estrafalario nuestro altruismo solidario y digan o no, la verdad o la mentira,  esto no puede servir de justificación para asediar, perseguir, insultar y hasta amenazar de muerte a cualquier persona que haga el libre ejercicio de la información (sea objetiva, tergiversada o amarillista).

La constitución dominicana establece sanciones contra todo aquel que use cualquier mecanismo para atentar contra la patria y sus intereses (véase lo que le costó a Gonzalo Vargas Llosa su campaña difamatoria), pero de igual manera garantiza el derecho a la vida, la libertad de prensa, la migración en tránsito, la privacidad e integridad personal, la no censura previa y la libertad de expresión y difusión del pensamiento.

Estos comunicadores (no por su fama y popularidad) son versados y calificados en cualquier tema social y saben lo que hacen (les convenga o no). Pero ni son dioses a los cuales se les debe dar un voto certero con respeto a todo lo que digan, pero tampoco pajaritos silvestres para cazarlos con escopetas por simples fanatismos irracionales derivados de la incompatibilidad. Si usted considera que alguna figura del medio (sea o no dominicana) dice o hace algo en contra de la soberanía, simplemente reúna y presente las pruebas ante el Ministerio Público, para que sea un juez competente quien determine que ha cometido atentado contra la patria y solicite su censura, aprehensión o expatriación por supuesta traición o conspiración (pero usted absténgase de decírselo a cualquier persona. Recuerde que el hecho de que una persona apoye a un grupo extranjero más que a sus connacionales, no es evidencia suficiente de que ha desacatado o traicionado los deberes de la patria en que habita). Yo en mi caso no perdería mi tiempo sometiendo a ningún profesional de mi carrera ante la justicia, simplemente rebatiría sus pensamientos o publicaciones con cifras, ejemplos y datos que desmientan o aclaren su yerro oral o textual (propio del debate), pero cuando vea que ello no surte efecto y no se pueda más nada, simplemente se ignora como si nadie hubiese dicho nada.

Como periodista apoyo que Huchi, Juan Bolívar Díaz , Amelia y Cavada (cubano que se ha adaptado como buen ciudadano dominicano), interpongan demanda e investigación ante cualquier amenaza o tentativa, pues la lucha a favor de la libertad de prensa ha costado sangre, encierro y desapariciones en todo el planeta. De la misma manera que no me gustaría que un ultranacionalista mate a un editor que publicó a favor del clerén y el gagá, tampoco me gustaría que un haitianófilo me dé un tiro en la calle o peor aún, me arroje al fondo del mar en un tanque relleno de cemento a contarle mis penas a Bob Esponja, Ariel La Sirenita o Aquaman, por el “pecado” de escribir unas líneas en contra del degüello de Dessalines o la fusión.


Mirándolo desde una perspectiva realista, nuestro enemigo no está dentro del país, está fuera de Quisqueya y el día que vaya a atacarnos (sea indirecta, simbólica, moral o literalmente) atacará tanto al dominicano que se opone como al dominicano que todo se lo consiente. Por ello el mejor acto nacionalista es preservarle el pellejo a todo ser humano que esté bajo el calificativo de nacional, pues si por algo luchamos con esmero es por el respeto de la dignidad y del derecho de cada dominicano. Hail Duarte, führer benefactor  de la libre e inquebrantable República Dominicana…

Dato extra: A cuento de juego el pleito no es nuevo, va camino a los dos años (ver video):



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