Por: David Frías
En los
últimos días República Dominicana se ha visto sacudida por manifestaciones de
múltiples sectores nacionales que apelan a la reelección para un segundo
mandato constitucional del presidente Danilo Medina. Pero seamos realistas, las
condiciones no se dan, a pesar de que un conglomerado de personas fantasee con
ello.
Digamos lo
primero, constitucionalmente no se aprueba un nuevo mandato gubernamental
presidido por la misma persona. Lo segundo es que habría que reformar la Carta
Magna para incluir la figura de la reelección y esto conllevaría de que se
evalué y se vote artículo por artículo, lo que tomaría un prolongado tiempo que
cuando viene a ver no ha concluido el proceso meses antes de las elecciones de
2016, cuanto menos aquellas para el Partido de la Liberación Dominicana (PLD)
presentar a su candidato oficial.
Una de las
opciones viables es postular a figuras con carisma, capacidad e innovación como
Francisco Javier, Temístocles Montás o Reinaldo Pared Pérez, quienes pudieran
representar una novedosa propuesta para mejorar los destinos del país y
presentar ideas y alternativas jamás vista. Pero si lo que queremos es probar
con lo más conocido y familiar, me parece más sencillo, inteligente y cómodo
enviar la imagen de Leonel Fernández a
las ternas, que arriesgarnos con un Danilo que (aparentemente) no está
disponible para los desafíos de un próximo gobierno peledeísta y he aquí tres
razones fundamentales:
1)- Danilo no quiere reelegirse: Querer es poder, dice un viejo refrán
y de muchas voces ha salido el deseo de reelección, menos de la voz de la
persona que se piensa debería reelegirse. Si a Danilo le interesa ocupar una
nueva temporada sentado en la silla presidencial, él mismo estuviese empleando
todas las estrategias de marketing, persuasión psicológica e inversión
económica para afianzarse en la misma posición que ejecuta y su equipo de
campaña fuese más explícito y concentrado que las minorías segmentadas (tanto
fuera como dentro del poder) que azuzan su permanencia como jefe de estado. Al
contrario, en varios encuentros con la prensa y la sociedad civil, Danilo se ha
mostrado opuesto o mejor dicho renuente, a ni siquiera tocar el tema de
discutir en lo interno de su partido el encabezar un nuevo mandato.
2)- El país demanda una defensa
representativa más influyente y poderosa: Se reconoce y se valora que tanto Danilo Medina como
el nuevo canciller Andrés Navarro, han fortalecido la diplomacia y los nexos de
cooperación con la comunidad internacional. Pero la presión psicosocial que nos
plantea la última con respecto al tema haitiano, demanda de que el próximo
gobierno a ocupar el poder sea más enérgico y menos indulgente en cuanto a las
respuestas defensivas que tenga que presentar de manera inmediata.
Con ello no
se pretende mal presentar la figura del presidente Medina como un líder blandengue,
entreguista o fusionista (epítetos erróneamente aplicados por fanáticos
confundidos por las injerencias foráneas y las pugnas mediáticas). Todo lo
inverso, Medina ha respondido adecuadamente con ideas como el Plan Nacional de
Regularización, el cual establece un nuevo orden migratorio que acaba con los
vicios de infiltrar ilegales masivamente como zombies anónimos, de igual manera
con las respuestas soberanas que dio en los foros de la CELAC y la ONU el
pasado año. Pero entonces el problema estriba cuando Haití y sus benefactores
(la élite manipuladora) recurren a la auto victimización (chantaje tras
bambalinas), a la demanda de prórrogas absurdas y muchas veces a la amenaza
(secuestro de diplomáticos dominicanos, cierres del mercado binacional y
difamación globalizada) y el presidente Medina asume una postura compasiva
(quizás pensándolo como solución) y humanitaria (algo que se elogia y se
respeta, pero a ninguno nos conviene), la cual aparte de que jamás será
valorada por los extranjeros, servirá como eslabón o punto débil para estos
salirse con las suyas cada vez que no se les complazca en sus exagerados y
malsanos caprichos.
¿Cuál es la
mejor opción para futuras amenazas externas?, un gobierno audaz que dé la cara
a la primera provocación, siguiendo la misma línea de no caer en el juego de
rebajarse, pero a su vez que desenmascaré al adversario manteniendo la buena
reputación del país y su soberanía en alto. Por ejemplo un líder como el ex
presidente Fernández que encaró a la CIDH con su marrullera condena al país y
pidió asesoría de la madre patria España para desatar los nudos.
3)-El modelo económico de Danilo
tiene buenas intenciones pero no trae soluciones: El modelo económico de austeridad que
desarrolla el presidente Medina (quizás inspirado en un Brasil cuya población
mayoritaria estalló en casi una guerra civil), está cimentado en buenas
intenciones para mejorar el país, pero dada la combinación entre consumismo y
tercermundismo, ello se convierte en una bomba de tiempo.
Una cosa es
que como economista que es (incluyendo sus reformas fiscales con aumento de
impuestos), lo haga desde una perspectiva inspirada en los modelos
tradicionales de producción y ahorro (típico de Asia y Europa) y otra es que el
modelo más conveniente sea el de la fluidez económica, dada la cultura y sus
necesidades.
Si adoptamos
la austeridad como modus vivendi a nivel institucional, entonces el circulante
se estanca y con el alto costo de la vida, muchas industrias, empresas e
instituciones deben reducir su personal y abstenerse de abrir nuevas vacantes,
lo cual degenera en pocas oportunidades para la juventud, desencadenando en el
aumento del delito y por consiguiente en la inseguridad ciudadana, tanto para
el residente como para el turista, otro golpe fuerte a las finanzas.
Debe haber
un cambio que transmute de brincar charquitos en el campo, para hacer que los
profesionales emergentes, la juventud de las urbes y los suburbios y los micro
y macro empresarios puedan saltar la gran laguna que los tiene estancado. El
único problema es que después que un gobernante asume un patrón burocrático, no
lo cambiaría por otro diferente, le daría el mismo curso aún esté destinado a
permanecer en el trono por 20 años.
¿Aporta Danilo Medina en lo que lleva
de su período?
Claro que
sí, pues quizás no haya sido el mejor presidente de la república, pero tampoco
el peor comparado con otros de otros partidos a lo largo de la historia desde
1844 hasta la fecha.
Logros como
la implementación del Sistema Nacional de Emergencias 911 y su adhesión de una
unidad anti ruidos para sanear al país de la contaminación sónica. La
regularización migratoria y el fortalecimiento de las relaciones
internacionales, la implementación del demandado 4% del PIB para la educación y el Plan de
Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo. Así como la promulgación del nuevo
Código Penal que defiende los derechos íntegros y reproductivos de las mujeres
y condena al crimen con duras penas, la extensión de la segunda línea del Metro
y la inversión en el campo, entre otras medidas, hacen de la gestión de Medina
lo que nunca se ha hecho como plataforma para el inicio de un próximo mejor
gobierno, independientemente de quien y de cual partido sea su sucesor.
En cuanto a
la reelección, si el Comité Central del PLD determina enviar a Danilo Medina nuevamente
como candidato (un milagro en contraste con las perspectivas), como miembro
peledeísta, este servidor le apoyará tanto en su campaña, como en una futura
gestión (2016-2020) así como lo ha venido haciendo desde la toma de posesión de
2012 y como ciudadano le aportaría en todo lo que sea necesario.
Sin embargo
no tengo una bola de cristal, ni mucho menos tengo la última palabra de la
decisión final de las bases del partido morado. Pero la lógica indica, que
Medina terminará su ciclo satisfactoriamente, dejando las puertas abiertas para
un futuro mandato y lo demás quedará como mito y leyenda urbana de simpatizantes
danilístas, ya que la reelección no va…
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