domingo, 30 de agosto de 2009

Aprendamos de la gran maestra: la vida humana.

Por Miguel Aristy
http://www.blogger.com/img/blank.gif
"En la escuela permanece cerrado el libro, que siempre debería estar abierto: el libro de la vida" José Martí.

Al abrir ese libro de la vida, encontramos en sus primeras páginas una serie de orientaciones, que deberían tener siempre en cuenta los planes de estudio y las actividades escolares en general, para contribuir mejor al desarrollo humano.
Descorramos las primeras hojas para ver que nos dice y enseña.

Nos cuenta que vivir es, en primer lugar, estimar, apreciar los valores y la importancia de las cosas del mundo, lo que constituye una de las actividades fundamentales de la persona y una dimensión esencial del ser humano.

Por lo tanto, la escuela no debería circunscribirse a trasmitir y acumular conocimientos, que sólo desarrollan la parte intelectual de la persona y en su nivel más bajo, que es la memoria mecánica, lo que conduce a un empobrecimiento del ser humano.

Por ello, la educación debería ampliar su objetivo, de acuerdo a las exigencias y los requerimientos de la vida, y sensibilizar al alumno para que desarrolle su capacidad de apreciar los valores superiores, espirituales, de la bondad, el amor, la verdad, la belleza, la justicia y otras cosas importantes, para alcanzar así el nivel más alto del desarrollo humano.

Otro hecho esencial que nos enseña el libro de la vida, es que cada uno, de acuerdo a su historia personal y a las influencias ambientales recibidas, desarrolla un punto de vista, perspectiva o ventana desde la que ve, valora y juzga las cosas del mundo.

Sabemos que este es un hecho inevitable, lógico, que a todos sucede en la vida, pero lo perjudicial es la ilusión que generalmente acompaña a este hecho y es el creer que esta perspectiva del mundo, desde esa "atalaya personal", es la verdadera y, las restantes, erróneas.

Ante esta viciosa tendencia humana, la educación debería tener, entre sus tareas principales, enseñar que nuestro punto de vista, es una de las múltiples perspectivas posibles, y que lo racional es ampliar, complementar, esa estrecha visión personal, simple pieza de un rompecabezas, y que, para enriquecer esa limitada perspectiva personal que divisamos desde nuestra ventana, deberíamos empezar por abrirla de par en par, compartiendo otras vistas a través de la comunicación y el diálogo, situándonos en otros puntos de vista con curiosidad y empatía, tratando así de ir ensanchando la propia visión del mundo y elevándonos al punto de vista superior en el que el yo se identifica con el nosotros, el individuo se compenetra con su comunidad y la patria se convierte en humanidad.

La experiencia más frecuente de la vida, es que vivir, equivale a un continuo proceso de opciones, elecciones y toma de decisiones, de acuerdo a nuestra jerarquía de valores y sentido de la vida.

Sin embargo, a pesar de la importancia de este hecho para el destino humano, la educación tradicional olvida la enseñanza de esta tarea esencial. Esta lamentable omisión es la causa de tantos errores y desatinos en el comportamiento de la mayoría de las personas.

Por ello, la educación debería considerar, como tarea indispensable, enseñar al estudiante a desarrollar su voluntad, para aprender a hacer buenas elecciones y decisiones y lograr así un comportamiento más acertado, orientado hacia una mejor calidad de vida y un mejor desarrollo humano.

Otra de las lecciones principales del "libro de la vida" es que entre todas las "cosas" del mundo, la existencia de otros seres humanos es quizás el hecho más importante que encontramos y, entre todas las actividades que realizamos, la más significativa, por ser la mayor fuente de felicidad o desdicha humana, la convivencia con otras personas.

Por eso la educación debería promover más la enseñanza para aprender a vivir con otras personas de manera más armoniosa, cordial y solidaria, y menos competitiva y pugnaz, basada principalmente en la regla de oro de la convivencia:

"Haz a los otros lo que quisieras que te hicieran y abstente de hacerles lo que no desearías que te hicieran" y, en la actividad grupal del diálogo, de la discusión colectiva, del trabajo en equipos, enseñar una convivencia más amistosa y cooperativa, para contribuir así a un mejor desarrollo humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario