sábado, 1 de agosto de 2009

Golpiza eléctrica



Por: Heriberto Garcìa Lara

Los apagones vienen lejos y van para largo. De tiempo en tiempo, disminuyen y empeoran. Llevamos más de 50 años de crisis eléctrica, pagando un servicio malo y caro, sin que haya una solución defintivia.

El primer sistema energético en el país se encendió el 5 de enero de 1896, y no puede ser que los apagones sean desde esa fecha. De ser así, debemos estar en los libros Guiness o es por menos es un buen avarage o récord.

La electricidad es fruto de la Revolución Industrial, que representó un gran desarrollo, avance y progreso social y tecnológico, entonces los apagones resultan insólito en pleno Siglo XXI, era de la Sociedad de la Información, la Ciencia, la Tecnología y el Conocimiento.

Los gobiernos de República Dominicana han prometido terminar con los apagones y que serán cosas del pasado; sin embargo, son casos del presente, y quien sabe si hasta del futuro.

Éstas y las pasadas autoridades han atribuido la crisis energética al robo eléctrico, las bajas recaudaciones, el no pago del servicio, la falta de generación, de producción, transmisión, averías de plantas, escasez de combustibles, a las plantas viejas, a los altos precios del petróleo, al retraso de pago del gobierno a los generadores, a la capitalización, al Acuerdo de Madrid, a las chichiguas que se enganchan en los alambres, en fin a múltimples causa, e inclusiva hay quien se atravería a culpar del problema al repero Daddy Yankee, dizque porque le gusta la gasolina.

Gobiernos, y gobiernos y empresarios se acusan del problema. Excusas, explicaciones y cuentos eléctricos sobran, solución faltan.

Se han anunciado planes, programas, realizado seminarios, foros, encuentros, reuniónes, talleres, conferencias e infinitas actividades sobre búsquedas de soluciones a la crisis eléctrica, y continúan los apagones.

Sin embargo, la tarifa es cada vez más cara, se han comprado plantas nuevas y viejas, aumentado la producción, la generación y la distribución, se le han agregado a la CDE tres E más (CDEEE), creado las EDES, el Programa de Reducción de Apagones, la Comisión Nacional de Energía y una caterva más dempresas, comisiones, nombrado asesores con salarios de lujo y creado nuevas leyes, se ha hablado hasta de energía alternativa, de biomasa, biogas, gas natural, hidrógeno, plantas a carbón y otras fuentes más, y la crisis eléctrica sigue sin solución.

El problema eléctrico se ha atribuido también a una mafia y un negocio de los cuales se han beneficiado todos los gobiernos que constitucionalmente en representación del Estado están para defender y proteger a los ciudadanos, no para permitir que sean estafados.

El fenecido presidente Balaguer se nombró administrador de la CDE para resolver la crisis eléctrica, y no pudo. El ingeniero Temístocles Montás dijo que lo solucionaba en tres meses, lo nombraron, y se achicharró. Ahora tenemos al “prócer de la electricidad” en la CDE, Radhamés Segura, calificado por el empresario Celso Marranzini como “el presidente de los apagones”, y siguen las interrupciones energéticas.

La crisis eléctrica es un cuento secular de apagones de nunca acabar que no tiene argumento ni justificación, porque se ha dicho de todo, excepto que sea intencional. La energía es un servicio de seguridad nacional y vital para el desarrollo. La electricidad es fundamental para el progreso y el avance.

Con la crisis eléctrica y los interminables apagones, los gobiernos han cometido un abuso incalificable contra los usuarios que pagan el servicio energético.

Ante este histórico calvario y viacrusis de los interrupciones energéticas, ante esta ignominia, este pela y golpiza eléctrica, sólo hay que pregutarse amargamente y desperanzado ¿hasta cuándo habrá que soportar los apagones?.

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