miércoles, 16 de noviembre de 2011

La Aparecida



Por: David Frías (El Barón del Lado Oscuro)

Días lindos estaba viviendo Francisca Fabián al divorciarse del holgazán de su marido y decidir tomar las riendas sueltas como madre soltera. La licenciada Fabián, como le llamaban sus allegados tras su titulo de contable (ley universal del lambonismo dominicano) acababa de obtener un ascenso laboral con incremento en la nomina y más adelante a comprar una mejora la cual posteriormente convirtió en morada con pisos de porcelana y paredes de cornisa de yeso.

Una maravilla para aquella solterona que mandaba a su hijo a jugar City Ville en la pc para recibir a sus enamorados en la decorada sala y hay del cabrón que soltara las papeletas, porque no demoraba en comerse ese filete cotizado. Pero el día menos pensado esa felicidad se esfumo en fracciones de segundo, cuando se le apareció la verdadera dueña en compañía de un alguacil con una orden de desalojo.

-Señora Fabián, lamentamos su situación pero por disposiciones legales usted está ocupando un terreno ajeno-

-Eso es falso, compré esta mejora legalmente-

Ripostó la dama en un estado de confusión repentina. Mientras que deciden examinar los documentos correspondientes para aseverar su estatus.

-Bueno señora Fabián, evidentemente usted fue víctima de una extorsión, le han vendido un título de propiedad falso, duele decirlo pero tiene 24 horas para abandonar esta vivienda-

La dama cae en un estado depresivo tan agudo que no tarda en padecer una extraña enfermedad acompañada de progeria (envejecimiento prematuro), hasta quedar lánguida como una ciruela pasa y a la vez dejando atrás todo ese glamour de rubia apuesta en pocas horas. Se cumplen las 24 horas y fallece misteriosamente dejando en la orfandad a su pequeñín de seis años que lo único que escuchó de su madre fue un gemido aquejado que se acompañaba de la siguiente frase:

-Esta es mi casa, jamás pienso irme de aquí-



Ha pasado un año y la propietaria le alquila la casa a una pareja de diplomáticos judíos. Un día el caballero va a la nevera a tomar agua cuando una silueta femenina con apariencia de anciana de cuerpo transparente y todo el pelo alborotado y enmarañado se le aparece y lo mira con sus ojos que brillaban más intensos que una pareja de luciérnagas.

El hombre se acuesta, no sin antes rezar un fragmento del cábala ya que al día siguiente se celebraba el Bar Mitzvah de su sobrino predilecto. Al cerrar los ojos sueña que le revelan una botija sepultada en unos terrenos baldíos cercano a la residencia. Despierta él y luego a su esposa y ambos deciden ir a buscar el tesoro.

Al día siguiente se muda del lugar, sin embargo de su esposa no se sabe nada. El argumento que ofrece es que ella fue a comprar unas telas para tapicería en Israel y que él decidió comprar un apartamento en un lujoso residencial de Santo Domingo.
Lo mismo ocurre con una pareja de hermanos bailarines:

-Manito se fue a un concurso de baile en Brasil para optar por una beca en Broadway, pienso comprar una villa en Punta Cana.-

Argumenta la bella joven.

También ocurre la misma cosa, con unos primos peloteros:

-Él se fue pal campo atra de una novia porque dio positivo a lo eteroide, la semana que viene me voy pa fuera, me firmaron los Dogers.-

Con un padrino y su ahijado:

-El viejo fue a recibir tratamiento para Puerto Rico, yo creo que me voy a mudar para Arroyo Hondo porque la mujer mía viene de España el mes que viene y nos vamos a casar.-

Y así sucesivamente hasta que definitivamente se mudan una pareja de esposos recién casados. La mujer se embaraza y nueve meses más tarde da a luz una preciosa niñita de ojos verdes como un manantial impregnado de larimar en su interior. Cuatro años más tarde, en la casa vecina se muda una familia de pentecostales, tan fanáticos y tan consagrados como nadie que se montara a hablar en lenguas y le sacara juanetes a la mano tocando panderos bajo una carpa.

Al retornar de uno de sus cultos, Michael de 16 años y el más joven del rebaño se queda pensativo por ir a un concierto de Heavy Metal cristiano en el Estadio Olímpico, pero no tiene dinero para comprar las boletas. Mira a las estrellas y exclama en voz baja:

-Oh Iahvé de los ejércitos, oh Jesús de Nazaret, dame una señal de cómo conseguir ese dinero-

Inmediatamente aparece la anciana de aspecto opaco y le prende las pupilas como cocuyos del anochecer. Cae la madrugada y el chico se revuelca sobre las sabanas y sueña que va cruzar el mar y este se divide en dos hasta dejarle un sendero como en tiempos de Moisés. Camina sigilosamente y al final se encuentra con el mismo espectro que le dice:

-Soy La Aparecida, soy la señal que buscabas a tus interrogantes, si haces lo que te digo te daré una botija con el dinero que necesitas para el concierto.-

Al día siguiente había acatado todo lo que le dijo su mentora onírica y se dispuso a llevarlo a cabo. Horas más tarde la pequeña Beatriz, hija de la pareja Polanco-Albertson desapareció inexplicablemente. Dos días después el cadáver aparece envuelto entre bolsas plásticas y rodeado de moscas que saborean el paladar de la putrefacción acompañado de su tufo carroñero.

-Su hija fue violada y estrangulada.-

Aseguró el médico legista, mientras Michael brincaba de júbilo y alabanzas al son de las guitarras eléctricas y las estruendosas baterías de un pegajoso rock and roll ungido en las hordas del evangelio. Varios meses más tarde y dos padres histéricos se reponían del trauma de uno de los tantos infanticidios que quedan impunes.

Una noche Altamira Albertson despierta al sentir que unos objetos y electrodomésticos de la casa se movían de un lado hacia otro sin justificación alguna.

-¿Beatriz?-

Pregunta la madre de la pequeña difunta.

-Noooooooooooo-

Dice un eco espectral que se expande por todas las paredes. Ella ve una especie de borrasca o nublazón lumínica que desaparece y se mueve por toda la casa. Cae un set de copas y vasos de cristal, que al parecer fueron tirados por una fuerza electromagnética y la dama lanza un chirrido espeluznante. Plinio el marido salta nervioso de la cama y se dirige a la cocina.

-Mamore nuestra hija anda merodeando el entorno, ha tumbado parte de las vajillas y movido los muebles de su centro.-

-Babencas more, el que se murió se murió, a lo mejor un gato se metió por la hendija inferior de la parte trasera o tal vez tembló la tierra o lo hizo una rata.-




Se van a dormir como si nada, sin saber que La Aparecida era el espectro de Francisca Fabián que cuando hacía brillar sus ojos como luces de xenón calmaba el miedo y la ansiedad del que la miraba por medio de un efecto hipnotizable, pues enviaba un fotograma psíquico al inconsciente de su víctima haciendo que a la hora de dormir en medio de los sueños se proyectara un mensaje en el cual ella le ordenaba al receptor que fuera en compañía de alguien a desenterrar una botija para hacerse rico y luego asesinara a su compañía y le sepultara en el mismo lugar.

Varias noche más tarde del incidente imprevisto, la pareja visualizaba una telenovela en medio de una noche lluviosa, antes de que los protagonistas fueran a chulearse en frente de una playa soleada, cae un relámpago cerca del lugar y se va la energía eléctrica. Plinio enciende la linterna y bordea todo el perímetro hasta encontrar una caja de cerillos y luego prender una lámpara de gas.

-Mirala, Beatriz está con nosotros-

Dijo la esperanzada madre al ver una sombra proyectada entre los círculos iluminantes que se formaban en la pared transitoriamente, sin embargo su compañero le rebatió:

-Mujer de Dios, ¿tú no vez que esa sombra es de la mata de palma que nos mandó tía Petra desde Florida hace un año?-

Para despejar dudas Altamira compró por internet un paquete completo para realizar rituales espiritistas, el cual contenía:

Una campanita de bronce de la India
12 velas largas con aroma floral (seis rosadas y seis negras)
Un compuesto liquido de rompesarauei, con sándalo, alcanfor y amoniaco.
Un CD de música animista
2 incineradoras de incienso con carbón extraído de madera de pino
Tres ramilletes de ruda de las montañas
Un libro de conjuros chamánicos
Y 17 collares con piedras y diseños diferentes para canalizar las vibraciones de los loases del más allá…

Hace el ritual mientras lee un conjuro en latín, hasta que aparece una silueta con las mismas características de una pintura abstracta, luego adquiere la forma de una niña.

-Beatriz mi niña ven con mamá-

Exclama la mujer al ver la aparición.

-No soy Beatriz, esta casa me pertenece-

Dice la imagen al adquirir la forma de una mujer envejeciente. Altamira pierde el conocimiento y cae rodeada entre el cerco de velas que hizo junto a las humeras de incienso de una casa perfumada a esoterismo.

Horas más tarde llega el marido y la ve en ese estado, estaba catatónica y muda. Al cabo de unos minutos Plinio la hizo reaccionar y esta comenzó a tararear:

-No me voy de aquí, está es mi casa, nadie me saca de aquí-

Comienza a llorar con dramatismo neurótico y el hombre le dice:

-Me voy de aquí, estás loca, hay que internarte en un sanatorio mental-
Se marcha y la fémina sigue llorando y gritando que no la sacaran de ahí. Se ha fugado mentalmente y va rumbo a su computadora a hacer otro pedido tras escuchar varias voces y ver un mensaje en su pantalla que decía en forma de caligrafía:

-MATA A UNO-
-MATA A UNO-
-MATA A UNO-




Llega el nuevo paquete y esta vez era un revolver tipo vaquero y una caja de balas con proyectiles de alto alcance. Cuando el loquillo de Michael entra a la casa junto a un amigo suyo, recibe un disparo en el pecho, cae y dice:

-Jehová perdóname si en algo te he fallado-

Trataba de repartir tratados bíblicos mientras sus padres estaban en una vigilia de ayuno. Luego llega el esposo junto a su tía Petra (real dueña de la casa), la cual fue a buscar al aeropuerto, sin mediar palabras ante su incesante esquizofrenia, los mata también y exhala un vapor de la nariz, trayendo de regreso a La Aparecida.

-Ya vengaste a tu hija que valía más que unos boletos de rock cristiano, también yo tengo a mis estafadores en el suelo y el otro de los tres, un alguacil tramposo, fue degollado hace cinco años por una pandilla de drogadictas que tuvo una velada en esta casa cuando estaba vacía, ellos sacaron un botín que el guardaba en una bóveda secreta-.

Perpleja Altamira le dice:

-Qué extraño, pero ahora no sé dónde ir, me he quedado sin mi hija-
Y el alma en pena le sugirió:

-En el monte del frente está enterrada la séptima y última botija con parte del dinero con que fui estafada, sácala, descuartiza los cuerpos y con todo ese dinero búscate un chico elegante y vigoroso, cásate con él y lárgate de esta mierda de sociedad anarquista e infame.-

-¿Pero y la memoria de mi desaparecida Beatriz?-

-Siempre tu esposo decía que esa niña heredaría tu locura fantástica, pero para mí fue un honor las veces que dialogaba con esa niñita tan sabía, nadie me ha temido al extremo pero Beatriz aparte de confiar en mi presencia también me amó, pero olvídala, pues tendrás tres hijas más bellas y de ojos más claros y ellas te ayudarán en la vejez cuando estafen a cientos de hombres ejerciendo la profesión más antigüa del mundo. De ese dinero usa una parte y la otra llévasela a mi hijo para que pueda costearse sus estudios universitarios, fue un honor haberte conocido-.

El amigo de Michael fue a un destacamento a pedir ayuda pero los agentes estaban ebrios y jugaban una partida de dómino, uno de ellos vociferó a estruendo:

-Al diablo con este protestante loco, sólo resolvemos casos de mayor envergadura-
Altamira Albertson siguió el consejo del ánima y desapareció del lugar tras desmembrar los cuerpos y sepultarlos en el hueco de dónde sacó la gran botija llena de joyas, euros y dólares.

Con el pasar del tiempo el césped y la maleza cubrieron todo el jardín y patio de la abandonada casa, la cual era celosamente cuidada por el fantasma de La Aparecida quien juró quedarse en esa morada por toda una eternidad.

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