martes, 8 de noviembre de 2011

La Dolorosa tiene la lengua de fuego


Por: David Frías (El Barón del Lado Oscuro)

Erase en la prehistoria cuando los continentes no soñaban separarse, surgió una raza extraterrestre similar a los ácaros, procedentes de un meteorito que chocó con la corteza terrícola. Muchos de los cavernícolas se vieron obligados a fumigar sus cuevas con fumarolas de hongos setas ya que los insectos les habían causado ronchas y quemaduras leves.

En la avenida México, casi llegando al club San Carlos se encontraba la Congregación Santera del Sufrimiento, a la cual los feligreses asistían semidesnudos, cubrían sus rostros con maquillaje tribal y se bañaban con sangre de caballo mientras al ritmo de los palos y atabales le rendían cuentas a Nuestra Señora de los Dolores.

Era una estatua de yeso que fue traída desde España hace más de 500 años y sobre un altar de piedra pome le encendían velones rojos y oscuros y a la vez le ofrendaban agua bendita, comida y vino tinto. No obstante cada siete días practicaban el ritual de los 7 dolores para purificar su esencia ante la santa que era penetrada por siete afiladas espadas. He aquí cada sufrimiento metaforizado al modelo performance:







1ro- La Profecía de la desgracia: Todos hacían una procesión por toda la calle, paseando a la imagen, luego la ponían a la orilla del mar y los hombres ungían a las mujeres con su esperma y las mujeres ungían a los hombres con su sangre menstrual que almacenaban por siete días en frascos de mayonesa vacíos sin fregar. Más tarde se metían al agua para darse un baño de yodo y despojar las inmundicias y luego subir gateando y gimiendo como si fuesen nenes recién nacidos, para rendirle la siguiente letanía al pedazo de yeso:

“Estamos puestos para ruina y resurrección de muchos y una espada traspasará tu alma”.

Lo repetían siete mil setecientos setenta y siete veces y luego se escupían entre si hasta que uno salía del montón y escupía la pelvis de la estatua. Luego la retornaban al altar.

2do- La Persecución del delirio egipcio: Lanzaban al aire un Frisbee o disco volador de color negro, el cual al tocar el cielo causaba una fuerte oscuridad que se extendía por 14 minutos (siete multiplicado por dos) momento que les permitía disfrazarse de monje a los hombres y a las mujeres teñirse el cuerpo pintura natural de bija para luego soltar a un toro drogado con alcaloides sintetizados y al cual llamaban Herodes. Una vez trotaban como locos y escapaban de la furiosa bestia, en las paredes de los destacamentos policiales y las casas de guardia dibujaban el ojo del dios egipcio Horus antes de que la claridad retornara y los descubrieran in fraganti.

3ro- Perdidos en el templo por tres horas: Se dividían en siete grupos compuestos por siete docenas, en caso de que faltara uno o varios siervos le pagaban a un actor de teatro que quisiera incrementar sus ganancias con horas extras, para que se automultiplicara con unas pastillas que favorecían la clonación pasajera por transpiración y así completar el equipo. Luego cada grupo elegía una religión diferente y se vestía con la indumentaria correspondiente. Tras permanecer tres horas en el templo, arrojaban una estruendosa carcajada (sin dejar de derramar ríos de lagrimas por el sufrimiento), hasta que los ministros se “encojonaban” y los sacaban a patadas de las iglesias.

4to- Cargando con la cruz: Toman a un loco que sea sucio; feo y su ropa y piel estén desgarradas y lo ponen a cargar con una pesada y enorme cruz de palos gruesos, mientras todos toman un pan duro y secan sus ojos tras un pronunciado llorisqueo, una vez el pan está húmedo y suave le quitan la cruz al loco, le dan el pan para que se alimente y lo despachan.

5to-La Crucifixión: De una pecera sacan un gran pez dorado vivo y lo adhieren a la cruz hasta atravesarle un clavo de nueve pulgadas. Elevan la cruz con cuerdas hasta dejarla erguida y en su parte superior colocan un letrero escrito con pintador de uñas que decía: -Todo lo sufriste por mi amor. ¡Gracias!, madre mía-…

6to- Descenso de la cruz: Bruscamente tiran del pescado cuando ya ha muerto hasta deprenderlo de la cruz, se lo flotan entre la cabeza, las axilas y la entrepierna y lo recuestan sobre una mesita con cuatro velas prendidas y un ramo de flores marchitas y caen todos gritando con ataque de histeria y pánico. Posteriormente se reza un Ave María.

7mo y último sufrimiento- La Sepultura: Cabizbajos llevan el pez envuelto entre un pañuelo hasta conducirlo en su sepulcro (la cisterna de una casa abandonada) al producirse el ocaso. Comienzan a mugir y si alguien se detiene a mirarlos fijamente, toman del suelo varios peñones y apedrean a los curiosos hasta gritarles: -Asesinos, criminales, han matado al hijo de La Dolorosa.-

Este ritual iniciaba a las siete de la mañana y terminaba a las siete de la noche y como ya había dicho antes, se efectuaba cada siete días. Aún sin importar las condiciones climáticas.

Los adeptos lloraban por sus éxitos y fracasos, al momento en que rezaban la magnífica. Los rayos solares que se filtraban por las ventanas de cristal cesaron por un eclipse repentino y sobre la imagen surgieron múltiples fisuras hasta que se rompió, desvelando a un azulado monstruo de seis brazos cuya lengua se componía solamente de fuego, sin querer lamió unas cortinas y la candela fue tan grande que nadie sobrevivió, quedando todo reducido a cenizas.

Aquella tragedia ocurrió el primero de noviembre de 1972, para la sociedad dominicana fue un suicidio colectivo producto del fanatismo que caracterizaba a aquellos movimientos espirituales y vanguardistas de la llamada “nueva era” de occidente. Aunque hoy en día las investigaciones permanecen vigentes tratando de esclarecer el enigma y toda clase de misterios que se sumen a ello…

-Dedicado con mucho amor a la mujer más grande y hermosa del mundo, mi madre María Dolores Paulino y todas las Dolores del mundo en su día de Nuestra Señora de los Dolores-…

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